Solicitud de revisión de protocolos en Jardines de Infantes

PROYECTO DE COMUNICACIÓN

El Honorable Concejo Municipal de la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz solicita al Departamento Ejecutivo Municipal que, por intermedio del área que corresponda, gestione ante las autoridades competentes en particular ante el Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe y el Consejo Federal de Educación una revisión y actualización del Protocolo de vuelta a clases dispuesto por Resoluciones Nros. 340/2020 y 366/2020 complementarias y modificatorias, para, en consonancia con lo dispuesto por la misma normativa se amplíe el aforo dispuesto inicialmente para el dictado de clases presenciales, atendiendo a las nuevas consideraciones establecidas por Decreto Nacional N° 494/2021 por el que se permiten mayores concentraciones de personas en lugares cerrados de reunión, recreación, consumo y trabajo.

FUNDAMENTOS

El presente proyecto de comunicación tiene como finalidad solicitar al Departamento Ejecutivo Municipal que gestione, especialmente ante el Consejo Federal de Educación y el Ministerio de Educación de la Provincia en lo que respecta a sus competencias la actualización de los criterios establecidos en el Protocolo de regreso a la presencialidad en establecimientos educativos obligatorios y de nivel superior que fueron dispuestos por normativa nacional a través de las resoluciones del CFE Nros 340/2020 y 366/2020.

En las mismas, se reconoce el carácter dinámico de la situación social y epidemiológica de la que no escapa la educación en todos sus niveles, lo que permite y así  lo establece en su artículo 2° la Resolución N° 340, lo que implica necesariamente, del mismo modo que fue realizado con otras actividades, un monitoreo permanente que permita ampliar el desarrollo de las clases y la materialización del derecho de la educación de los niños, niñas y adolescentes en particular.

Resulta cuando menos anecdótico que mientras las actividades sociales y económicas tienden a una mayor amplitud de permisos y aforos hacia una “normalidad pre-pandemia”, los establecimientos educativos continúen presos de condiciones por demás restrictivas, mientras que la mayoría de esos niños, niñas y jóvenes se encuentran en mayor concentración en otros ambientes tanto públicos como privados, al aire  libre o en espacios cerrados.

Según el informe presentado por UNICEF Protección de la niñez y adolescencia durante la pandemia del coronavirus la propagación del virus puede generar alteraciones en los entornos donde niños, niñas y adolescentes crecen y se desarrollan. Cambios que desestabilizan a la familia, las amistades, la rutina diaria y la comunidad en general o pueden tener consecuencias negativas en el bienestar, el desarrollo y la protección de la niñez y adolescencia. Además, las mismas medidas emprendidas para prevenir y controlar la transmisión del COVID-19 pueden conllevar riesgos de protección en niños, niñas y adolescentes. Las medidas de cuarentena y aislamiento en el hogar, las instalaciones o zonas concretas pueden afectar negativamente a los niños, las niñas y sus familias.

Actualmente son numerosos especialistas que han manifestado el aumento de diferentes padecimientos vinculados a la salud mental derivada de las medidas de aislamiento social, y como las consultas vinculadas a trastornos de ansiedad, estrés, insomnio, hiperactividad y angustia generalizada han aumentado considerablemente desde el comienzo de la pandemia.

Los niños, niñas y adolescentes no se encuentran ajenos a estas percepciones y padecimientos, todo lo contrario, su amplia sensibilidad los convierte en sujetos y sujetas depositarios de numerosas situaciones de estrés sumado a la imposibilidad de resolverlas por sí solos por carecer del desarrollo cognitivo necesario y no contar con las herramientas propias de los adultos, quienes incluso también necesitamos apoyos para abordar los múltiples desafíos principales y colaterales que han derivado de la pandemia.

Las medidas de cuarentena —tales como el cierre de escuelas y las restricciones de movilidad— interrumpen la rutina y el apoyo social de los niños y niñas, además de representar factores de estrés adicionales para padres, madres y cuidadores, que se ven obligados a encontrar nuevas opciones de cuidado infantil o a dejar de acudir al trabajo. La estigmatización y la discriminación relacionadas con el COVID-19 pueden aumentar la vulnerabilidad a la violencia y el malestar psicosocial en niños, niñas y adolescentes. Las medidas de control contra la propagación de enfermedades que no tienen en cuenta aspectos de género como las necesidades y vulnerabilidades específicas de mujeres y niñas también pueden incrementar riesgos de protección en niños, niñas y adolescentes y generar mecanismos de supervivencia negativos. Los niños, niñas y familias que son vulnerables debido a su situación de exclusión socioeconómica o aquellos que viven en entornos masificados presentan un riesgo mayor.

Atendiendo a la reciente publicación de los Decretos que establecen nuevas medidas vinculadas a la “nueva normalidad” post-pandemia, debemos cuanto menos cuestionarnos que un aforo en un local gastronómico o de esparcimiento sea del 70% o permita la reunión de 100 personas o 1000 en algunos casos siendo superior al permitido para el desarrollo de la actividad educativa; todo ello sumado a la planificación de inoculación para niños y adolescentes a iniciar próximamente, contando con una amplia parte de la población inmunizada. Es necesario actualizar y replantear nuevos esquemas que permitan que los niños, niñas y adolescentes vuelvan a encontrar en su centro de vida la estabilidad psicosocial necesaria para el desarrollo de una infancia plena jerarquizando la  importancia de los entornos vinculares de niños, niñas y jóvenes.

Por lo expuesto, solicito a mis pares el acompañamiento para la aprobación del presente proyecto.

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